¿Son las microrredes sociales la solución a la privacidad en RRSS?

¿Son las microrredes sociales la solución a la privacidad en redes sociales?

25 febrero, 2020

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Blog  |  Future Thinking / Tendencias

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Hay quienes piensan que el modelo de las redes sociales ya está agotado por algo tan sencillo como las dudas que plantean el torno al uso de nuestros datos como usuarios, por eso se plantean alternativas. La pregunta es si esas alternativas son realmente «más seguras». En este artículo, la empresa de privacidad en el entorno digital MyDataMood, realiza un análisis sobre los pros y contras de las microrredes sociales.  

A estas alturas todos sabemos que las redes sociales nos generan ambivalencia. Por un lado, nos tienen enganchados, forman parte de nuestra vida, hay cosas que ya no sabríamos cómo hacer sin redes… Pero, a cambio, hemos hecho una enorme cesión en términos de privacidad.

En este contexto, surgen las microrredes sociales como alternativa que pretende proporcionar los mismos servicios que las redes actualmente existentes, pero manteniendo la privacidad. Desde nuestro punto de vista, esta cuestión no es tan sencilla y, además, implica una simplificación de las vulnerabilidades de la privacidad. Nos explicamos…

¿Qué son las microrredes sociales?

Aún no están muy extendidas y, por tanto, es difícil dar una definición realista de qué van a abarcar, pero, en esencia, son aplicaciones o servicios que permiten a una persona estar en contacto y compartir contenidos con su familia, amigos y personas cercanas, entendido en todo caso como un círculo cerrado y pequeño de personas.

Lo de menos para este análisis son las funcionalidades de las redes, en cuanto a si permiten compartir fotos, ubicación en tiempo real, datos bancarios, pagos o lo que sea, en eso cada red de las que surjan se irá especializando y encontrando posicionamientos diferenciales. En este caso, la cuestión es pasar de un contexto de sistemas abiertos en el que —gestiones de privacidad puntuales y personales a parte— gente que no conoces puede seguirte, contactarte, acceder a tus contenidos, etc., a un sistema cerrado en el que, desde el diseño, solo se puede entrar por invitación y solo las personas que pertenecen a este círculo privado pueden acceder a estos contenidos o funcionalidades compartidas.

¿Satisfacen estas microrredes las necesidades que satisfacen las redes sociales actuales?

Las redes sociales actuales cumplen dos funciones:

  • Ponernos en contacto con nuestro entorno cercano, de confianza, pero mezclando al mismo tiempo personas que pertenecen a contextos diferentes.
  • Permitirnos compartir con desconocidos nuestros puntos de vista, contenidos, opiniones, etc. Y, en este sentido, por un lado se accede a la posibilidad de intercambiar ideas con un entorno más amplio, pero también se satisfacen necesidades del ego (en un sentido sano) como el reconocimiento.

Visto así, las microrredes podrían suplir algunas de las funciones del primer nivel como estar en contacto con el entorno cercano, pero en ningún caso del segundo.

Porque las redes sociales han cambiado el concepto de privacidad y de comunidadLa posibilidad de conectar con desconocidos, que seguramente nunca conoceremos y que estos compartan o contradigan nuestras ideas, que las valoren, que despierten su atención, es ya una realidad y una nueva forma de satisfacer las necesidades de autorrealización que están presentes en todas las personas.

Hay un pequeño detalle en cuanto al círculo de confianza en el que también merece la pena profundizar: el círculo de confianza/ círculo de privacidad de una persona puede incluir personas de distintos contextos, es decir, al mismo nivel de confianza, en la misma capa del círculo, puede haber personas de tu familia de origen, personas de tu familia nuclear o amigos; sin embargo, entre ellos pertenecen a distintos círculos. Esto es lo que hace un poco complicado definir qué se debe meter en la coctelera y, posiblemente, sea una de las razones por las que al final los usuarios acaban ampliando el círculo más de lo que les gustaría, estés en la red que estés.

Dicho de otra forma, ¿eres capaz de meter a tu hermana pero no a tu hermano en ese círculo?, ¿tu madre te dejaría?, ¿las microrredes son solo para familias bien avenidas?.

¿Resuelven las microrredes todos los problemas de la privacidad?

Con sinceridad, a este punto es al que queríamos llegar. La privacidad en este contexto tiene dos componentes:

  • El nivel de privacidad que el usuario quiere establecer, definiendo qué cosas quiere que se mantengan privadas y cuáles no. En este sentido (más allá del nivel de exhibicionismo de los usuarios), las redes actuales permiten en su mayoría gestionar diferentes niveles de privacidad: perfiles privados por invitación, dejar accesible más o menos información al público general, exclusiones, etc. y siempre queda generar un perfil anónimo (sin foto, con una cuenta de correo random, nombre de usuario no representativo, etc.).
  • Lo que las propias redes sociales deciden mantener como privado y lo que deciden vender a otras empresas. Y este es un punto importante. Las microrredes sociales se presentan como “respetuosas de la privacidad”, pero es posible que en realidad sólo sean respetuosas con la privacidad en el sentido de lo que voluntariamente se quiere compartir, no tanto de la protección de los datos de sus clientes.

Si analizamos Cocoon, por ejemplo, leyendo su política de privacidad veremos que indica que solamente recoge información proporcionada por el usuario (de forma directa o por el uso del servicio) y que la facilita exclusivamente a otras entidades necesarias para poder prestar el servicio. Sin embargo, si se llega a la parte de las cookies, encontraremos lo siguiente:

Retargeting/Advertising Cookies. Retargeting/Advertising Cookies collect data about your online activity and identify your interests so that we can provide advertising that we believe is relevant to you. For more information about this, please see the section below titled “Information about Interest-Based Advertisements.”

Es decir: venderemos tus datos de navegación e identificaremos tus intereses para que te llegue publicidad. Y más adelante dicen:

How We Share Your Personal Data

Disclosures of Personal Data for a Business Purpose

Over the past twelve months, we have disclosed the following categories of your Personal Data to service providers or other parties for the business purposes listed above:

A. Personal identifiers.

B. Customer records identified by state law.

C. Internet or other similar network activity information.

D. Geolocation data.

Sales of Personal Data

We will not sell your Personal Data, and have not done so over the last 12 months.

Es decir, no vendemos tus datos pero los compartimos (¿?). O lo que es lo mismo, no vendemos tus datos pero nos lucramos con ellos en la medida en la que te perfilamos para que te llegue publicidad. Por tanto, Cocoon se comporta con relación a la privacidad como cualquier otra red social y como la mayor parte de los servicios gratuidatos (gratuitos a cambio de tus datos). En resumen: la privacidad no es tanto una cuestión de herramientas y tecnologías sino que depende de las propias actitudes e intereses de los usuarios y de la vocación de transparencia de las empresas.

Desde MyDataMood consideramos que los ciudadanos digitales deberíamos poder elegir qué hacer con nuestros datos: utilizarlos para pagar servicios, protegerlos, cederlos a empresas a cambio de beneficios… La cuestión es que las empresas deberían ser transparentes y honestas, y no presentarse como la solución a la privacidad cuando en lo que les toca se comportan exactamente igual que el resto.

Un artículo cedido por MyDataMood, empresa asociada a Adigital.

¿Te ha gustado este artículo? Pues toma nota porque MyDataMood estará presente en la próxima edición de Future Thinking para ayudarnos a responder a la pregunta «¿Qué pasaría si las personas pudiesen gestionar sus datos en internet?». Será el 2 de abril, en Madrid. Resérvate la fecha; muy pronto, ¡abrimos inscripciones!

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