Ante la finalización de la vigencia del sistema de autorización demanial temporal que regula los patinetes eléctricos en la ciudad de Madrid, el colectivo de empresas de movilidad compartida Smart Mobility, integrado en Adigital, realiza algunas propuestas de cara a mejorar el nuevo sistema de patinetes compartidos.
En los últimos tiempos, muchas ciudades han apostado por nuevos modelos de transporte sostenible como parte de su estrategia por construir una ciudad más saludable y con menor presencia del vehículo privado. Un claro ejemplo son los patinetes eléctricos compartidos, que en apenas dos años han multiplicado su presencia en las ciudades españolas. Consigo han traído numerosos beneficios, contribuyendo a reducir la congestión del tráfico, a mejorar la calidad del aire y a complementar las redes de transporte público en aquellas zonas con mayores dificultades de conexión. Pero también han supuesto un reto importante en el plano regulatorio.
Madrid fue una de las primeras ciudades españolas en incorporar los patinetes compartidos a su regulación. Y lo hizo a través de un sistema de autorización demanial temporal, cuya vigencia finalizará a finales de este año. Llegado este momento, se hace inevitable revisar el actual sistema de patinetes e identificar aquellos aspectos que han impedido al sistema funcionar correctamente. Estos aprendizajes deben ser la base a la hora de repensar el nuevo sistema de patinetes compartidos en Madrid.
Smart Mobility ha hecho esta reflexión, de la que se desprenden las siguientes propuestas:
- Racionalizar el número de empresas operadoras. Una excesiva fragmentación en el reparto de licencias puede repercutir negativamente en el funcionamiento de este modelo de movilidad sostenible. En un sistema donde la capilaridad es clave, una flota demasiado reducida imposibilita la prestación de un buen servicio al ciudadano.
- Garantizar la sostenibilidad operativa, medioambiental y financiera de las empresas operadoras. Para ello, son necesarios unos requisitos para operar que le permitan evaluar la viabilidad y continuidad del servicio, garantizando que los objetivos de la empresa están alineados con los de la ciudad.
- Definir cupos máximos y mínimos de vehículos por operador. Este enfoque dinámico permite a los operadores ajustarse a las circunstancias del momento (periodo de baja demanda por climatología, época del año, etc.) y adaptar la oferta a la realidad de la demanda, eliminando vehículos cuando no tengan uso y reforzando la oferta cuando sea necesario.
- Evitar el geofencing, permitiendo que los patinetes se desplieguen de manera flexible en respuesta a la demanda en toda la ciudad, sin atender a una división por barrios o distritos. De esta forma también se elimina la necesidad de recolocar la flota diariamente, que no sólo implica un elevado coste operacional innecesario para las empresas, sino también el incremento de la congestión de vehículos en la ciudad .
- En caso de establecerse un régimen de estacionamiento en espacios designados, asegurar que haya una provisión suficiente de dichos espacios, que puedan responder a la capilaridad del modelo y a las necesidades de la demanda. La red de aparcamientos debe ser consistente a fin de garantizar la efectividad de este modelo de movilidad.
- Permitir la circulación de los patinetes por carriles 30. Este tipo de vías reúnen las condiciones necesarias para que puedan ser utilizados por usuarios de patinetes. De esta forma, se favorecerá la conectividad en la red de carriles patinables y se contribuirá a generar un mapa de circulación mucho más intuitivo y práctico para los usuarios.
- Fomentar la segregación de carriles para vehículos de dos ruedas y extender las Zonas 30, con el objetivo de generar un entorno seguro para los usuarios y promover el uso de estos vehículos.