Entrevistamos a Nacho de Pinedo, fundador y CEO de ISDI.
Desde el día 10 de marzo, la escuela de Negocio Digital ISDI trasladó toda su actividad a canales digitales. Y cuando decimos toda, es, literalmente, toda: mandó a casa no solo a los alumnos, sino también a los profesores y al resto de empleados, y se llevó sus clases al formato online. Está plasmado en este protocolo, al que nos remite Nacho de Pinedo, fundador y CEO del centro de formación, cuando le pedimos más detalles sobre cómo se han adaptado a esta situación de emergencia sanitaria en la que nos encontramos.
Conscientes de que su experiencia puede servir a las otras escuelas, universidades y centros de formación que han tenido que dar este paso, hace solo unos días lo emplazamos a una conversación (virtual), de la que te dejamos el resultado a continuación.
P: Nacho, ISDI tenía ya experiencia en teletrabajo y formación online, pero ¿cómo se gestiona un cambio de este tipo?
R: ISDI lleva cinco años haciendo formación online, con lo cual ha sido relativamente fácil para nosotros. Requiere, lógicamente, poner todas las plataformas a trabajar y mover a mucha gente que no estaba trabajando online, pero es un cambio de actitud y de organización más que un gran problema tecnológico o metodológico.
P: ¿Y cómo lo han vivido el equipo y el alumnado?
R: El equipo está totalmente motivado y trabaja al 120 por ciento. Por su parte, Los alumnos, en general, son conscientes de esta situación y agradecen mucho que hayamos dado este paso. Lo que pasa es que, lógicamente, la gente tiene la cabeza ahora en otras cosas y, por así decirlo, le cuesta entender que estamos en una situación que no va a ser tan provisional como muchos creen. No sabemos si esto va a durar dos semanas o dos meses, pero al cerebro humano le cuesta cambiar su rutina y adecuarse a la nueva situación. Con lo cual, mucha gente lo está viendo como algo provisional cuando la realidad es que, a lo mejor, se convierte en permanente.
«La formación online es, por así decirlo, un catalizador de las formas de trabajo en remoto»
En ese sentido, cuanto más jóvenes son los alumnos, más rápidamente lo están aceptando y, cuanto más mayores, más les está costando aceptarlo. Ahora, una vez lo prueban, la realidad es que la formación online les encanta a todos.
P: ¿Qué implica exactamente pasar a formación 100% online?
R: No se trata simplemente de organizar webinars o talleres online, sino que estamos haciendo clases íntegras online. Es decir, los profesores están dando la clase en tiempo real, contestando a las dudas, hablando con los alumnos y haciendo ejercicios. También estamos haciendo workshops de herramientas, habilitamos salas virtuales para que los alumnos hagan sus trabajos en grupo… Es una formación online de alto nivel, no es un parche.
P: O sea, trasladar realmente el aula al domicilio del alumno…
R: Y del profesor. Porque lo que estamos viendo es que otras instituciones no tienen ese tipo de plataformas flexibles y requieren que el profesor vaya al centro de enseñanza, que es donde tienen las plataformas. En nuestro caso, cualquiera desde su casa lo puede hacer.
P: ¿Qué oportunidad ofrece la tecnología en una situación como esta? ¿Qué podríamos o deberíamos conservar en todas las empresas que se dedican a la formación y en los centros educativos cuando todo pase?
R: Lo primero es que el trabajo en remoto —yo creo— se va institucionalizar mucho más gracias a esta crisis, porque nos estamos dando cuenta de que se puede trabajar perfectamente desde nuestra casa y nos estamos ahorrando desplazamientos y muchas ineficiencias que antes tenía el sistema. Si tienes buenas plataformas colaborativas y plataformas de comunicación, esto se puede hacer perfectamente.
“Lo que veremos en el futuro será una formación eminentemente online con algunas pinceladas de presencial”
También estamos viendo que, si somos capaces de proporcionar una experiencia educativa que sea tan completa y tan compleja como la que tenemos en clase, la formación a distancia puede ser una respuesta buenísima. De hecho, muchas veces, cuando les digo a los alumnos que las clases online están grabadas, con lo cual la sesión, las preguntas y los comentarios se pueden repasar después, su respuesta es que es mucho mejor que las clases presenciales, porque no tienen que tomar apuntes y es todo mucho más sencillo. Así que tiene muchísimas ventajas.
P: Entonces, ¿se podría llegar a abogar por trasladar toda la formación a formatos digitales? ¿Cuál sería el modelo ideal, ya pensando en el futuro?
R: Lo mejor es una combinación de ambas. El mundo ideal es aquel en el que puedes tener lo mejor de todo, lo mejor de los dos mundos. Pero lo que es evidente es que se puede dar formación de muchísima calidad a través de plataformas tecnológicas, siempre y cuando tengas muy organizada la parte técnica. Con lo cual, yo creo que lo que veremos en el futuro será una formación eminentemente online con algunas pinceladas de presencial.
P: Un consejo para las empresas o las escuelas de formación que han tenido que pasar a online de un día para otro…
R: Lo que habría que decirles es que esto no va de replicar exactamente las cosas que hacías presencialmente, sino que se trata de adaptarlas a la nueva experiencia online. Eso exige empezar de cero. Probablemente, no te sirvan ni siquiera los mismos profesores. Hay que cambiar los materiales y gestionar las dinámicas de una manera totalmente diferente.
En este contexto en el que nos encontramos, en particular, es importante que las empresas que tienen a sus empleados en casa no suspendan las actividades formativas que tuvieran diseñadas. Normalmente, las empresas suelen tender a la formación presencial pero, en estos momentos en que los empleados están en sus casas, probablemente tenga mucho sentido pasar esa formación a online para, primero, dejarles bien claro que la empresa sigue apostando por ellos, y, segundo, para que empiecen a adoptar estas nuevas formas de interactuar a distancia. La formación online es, por así decirlo, un catalizador de las formas de trabajo en remoto. Mi consejo aquí sería que las empresas fomenten ese tipo de formación, sobre todo en los empleados que ahora mismo están en sus casas, sin un objetivo claro de trabajo.
P: ¿Y cuál sería el secreto o las herramientas básicas para gestionar a un equipo humano que pasa a teletrabajar?
R: Para mí, es un tema de pura actitud: la gente tiene que abrazar esto de una manera positiva, no de manera reactiva. Se trabaja fenomenal online con una mínima tecnología, porque lo único que necesitas son herramientas de videoconferencia, de documentos compartidos y tenerlo todo en la nube. Con eso, ya se puede gestionar esto tranquilamente desde nuestros domicilios.
Isabel Benítez y Alberto Perdomo, miembros del equipo de Comunicación de Adigital