Carina Szpilka, presidenta de Adigital, conversa con Pilar López, General Manager de Microsoft en España en Conversaciones After COVID-19
La situación de emergencia sanitaria originada por el COVID-19 supuso un reto para todos en numerosos aspectos de nuestra vida. Algunas actividades esenciales de nuestro día a día, como la formación o el trabajo, se vieron comprometidas en su modalidad habitual, la presencial, obligándonos a adaptarnos a trabajar y aprender desde casa en tiempo récord. La solución a estos desafíos no hubiese existido sin compañías como Microsoft. Solo en Madrid, la compañía acercó la educación en remoto a 650.000 alumnos a través de Microsoft Teams, su herramienta online de trabajo colaborativo. Además, ofreció su paquete de Office 365 A1 de manera gratuita para centros educativos, docentes y empresas, y reforzó sus equipos de ingeniería para aumentar su capacidad de soporte en los proyectos de implantación de soluciones de teletrabajo.
Son algunas de las cuestiones sobre las que Pilar López, General Manager de Microsoft en España, habló con Carina Szpilka, presidenta de Adigital, en una de las sesiones de nuestro ciclo de Conversaciones After Covid-19. Juntas, el pasado 12 de mayo reflexionaron sobre las lecciones que la pandemia nos ha dejado a escala social, la brecha digital o el rol de las compañías y la digitalización como catalizadores de progreso y bienestar. Este es un extracto de esa conversación…
Carina Szpilka: Han sido semanas muy duras durante las que empresas como Microsoft ha resultado ser aliadas fundamentales. ¿Cómo reacciona una de las compañías digitales más grandes del mundo ante una situación de emergencia sanitaria como la que hemos vivido?
Pilar López: No ha sido fácil para nadie, pero desde Microsoft tratamos de enfocarnos siempre en aquello que podemos controlar, con la sensación de que, al final, al otro lado había gente salvando vidas, operando infraestructuras críticas, o enseñando y aprendiendo en esta situación. Yo diría que eso nos ha permitido anticipar, empezar a trabajar y adaptarnos. Nos encontramos ante un esquema de prioridades al que no estábamos acostumbrados: tu salud y la de los tuyos son siempre la prioridad, pero nunca había sido tan explícito ni habíamos tenido que adaptarnos a ello de la forma en la que lo hemos hecho ahora.
CS: De alguna manera, es como volver a ser un poco startup: hacer lo estrictamente necesario y enfocarse en el core de la actividad…
PL: Sí, efectivamente. Hay mucha innovación y mucha creatividad en esta situación, que es algo que todos identificamos en el mundo de las startups, y luego hay una colaboración y una forma de trabajar mucho más horizontal, lo cual en una organización tan grande como la nuestra es excelente.
CS: A Microsoft solo le llevó unas horas abandonar la oficina y comenzar a teletrabajar, pero ese no ha sido el caso de todas las empresas. ¿Llegaron muchas peticiones de soporte para implantar el trabajo en remoto en otras compañías?
PL: El estado de alarma (y, con él, la obligación de quedarse en casa y la recomendación del teletrabajo) era algo que nadie tenía previsto. Nosotros lo decíamos hace unas semanas cuando publicábamos nuestros resultados y lo hemos oído en muchos casos en España: hemos visto en los dos últimos meses más transformación digital de la que esperábamos ver en los próximos dos años, y yo diría que, en algunas organizaciones, incluso más que en los próximos cinco años. Y nos hemos encontrado de todo. Aquellas organizaciones que estaban más avanzadas, que tenían un plan, han sido capaces de mandar a todo el mundo a casa en 24 o 48 horas y de mantener sus operaciones. Me atrevería a decir que estas organizaciones ya llevan varias semanas pensando en el día después, en qué prácticas van a mantener y en qué no van a volver atrás. Rápidamente, fueron capaces de moverse de una fase de respuesta a una fase de recuperación y ha sido excelente trabajar con esas organizaciones. Pero también hemos visto organizaciones que no estaban preparadas, que consciente o inconscientemente habían pospuesto la digitalización.
CS: ¿Y cómo han reaccionado estas últimas?
PL: Trabajando con ellas, hemos visto cómo, por una cuestión de supervivencia, en dos semanas o un mes máximo, han sido capaces de trasladar un porcentaje elevado de su plantilla a casa y operar de manera efectiva. No está todo hecho, ni mucho menos, pero creo que eso nos permite a todos perder el miedo y también cambiar el chip: esto no va de los próximos 3 o 5 años, sino de tener la voluntad y la determinación, que es lo que permite que las cosas sucedan y mucho más rápido. Eso mismo nos está pasando en la Administración Pública. Hay organizaciones que estaban menos preparadas, que no estaban apostando por las tecnologías en la nube, y esta situación les ha demostrado que se puede hacer, que las ventajas son indudables.
Hemos visto en los dos últimos meses más transformación digital de la que esperábamos ver en los dos próximos años
Por otro lado, quizás debamos abrir un capítulo en el mundo de la pyme, del autónomo, en ese porcentaje de la actividad empresarial tan relevante en España donde claramente estamos por detrás en términos de digitalización respecto al resto de Europa y donde hemos visto lo mismo, pero también hemos presenciado cómo toda la comunidad tecnológica se ha volcado. En Microsoft nos hemos volcado también, trabajando con todos nuestros partners. Hay muchísimas empresas y muchísimos profesionales de la tecnología que están dedicando horas de manera altruista a que organizaciones pequeñas, de 5, 10 o 20 trabajadores puedan digitalizarse. Estamos viendo el potencial que tiene todo esto y creo que es algo que no debería parar.
CS: Si nos vamos al futuro inmediato, ¿estamos preparados como sociedad y desde las empresas para afrontarlo?
PL: En las primeras semanas, realmente, todo se convertía en gestionar los próximos tres días, y los próximos tres días cambiaban. En el equipo de Microsoft España, tratamos de gestionar los próximos tres días, los próximos tres meses y los próximos tres años. A nivel sociedad y también como comunidad empresarial, estamos moviéndonos de esos tres días a esos tres meses y a los próximos doce meses con un nivel de incertidumbre muy grande, porque realmente sabemos muy poco, y yo creo que esta situación está aquí para quedarse.
Nosotros, por ejemplo, hemos mandado a la gente a casa y hemos comprobado que somos capaces de responder y de mantener las infraestructuras, de hacer que el negocio continúe… pero ¿qué es lo siguiente? Ahora, estamos en la fase de empezar a pensar en lo que queda de aquí a final de año, con un foco brutal en la liquidez, pero también en la continuidad del negocio y en su resiliencia. Es en eso en lo que estamos trabajando con nuestros clientes y partners, con las pymes, etc.
CS: ¿Y qué queda de aquí a final de año?
Yo creo que nos tenemos que preparar para un escenario híbrido en el que muchos vamos a seguir trabajando desde casa, otros desde la oficina y otros combinando ambos, y, por supuesto, tenemos que hacerlo de manera segura, no dejando puertas abiertas para el mundo del ciberataque. Pero también estamos en cómo movilizamos nuestros procesos.
El ecommerce, llevar tus productos y tus servicios de manera online a tus clientes, es fundamental y creo que muchísimas empresas están en eso en este momento y en cómo hacerlo de manera sostenible. Me decía ayer un cliente: “es que no podemos visitar a los clientes”. Y es cierto, pero puedes hacer eso mismo de manera digital con herramientas que te permiten ser muy efectivo. Esto aplica también a la educación o la sanidad: con mayor o menor éxito, hemos sido capaces de responder a la situación, de lo cual estamos muy orgullosos, pero ¿qué va a pasar en septiembre? No se me ocurre ningún escenario en el que la tecnología no vaya a jugar un papel fundamental. En eso estamos en Microsoft y en eso vemos a todas las organizaciones con independencia de su tamaño.
CS: Precisamente hablando de educación… Esta especie de migración forzada hacia la formación online ha puesto de manifiesto una de las grandes barreras para la digitalización de nuestro país, la brecha digital, en sus diferentes dimensiones (geográfica, de recursos, de edad, de competencias digitales). ¿Qué propuestas tiene Microsoft en este sentido?
PL: Este podría ser uno de los efectos positivos de la crisis sanitaria y todos tenemos que trabajar para que lo sea. Al tener a nuestros hijos en casa con nosotros, vimos que había organizaciones, colegios, universidades, que estaban preparadas para moverse a esta situación tanto desde el punto de vista de la plataforma como de los contenidos y de los profesores, mientras que había otras muchísimas organizaciones que no lo estaban. Para Microsoft, la educación es lo más estratégico y era fundamental estar ahí de la misma forma que estuvimos con la sanidad y las infraestructuras básicas, priorizando nuestra capacidad cloud en el mundo para poder atender esas necesidades. Estamos muy orgullosos de los resultados, pero el viaje no ha hecho más que empezar. Nuestra plataforma ya era gratuita para educación y lo seguirá siendo después de esto, pero hemos trabajado en la adopción con todas las Comunidades Autónomas, poniéndonos a su disposición para llevar la educación pública en todas las etapas a Microsoft Teams y crear otra forma de educar, de enseñar y de aprender online cuando todo esto acabe.
Hay que llamar la atención sobre necesidad de dispositivos para aprender y educar online, ya que no estamos preparados y veremos una ola de escasez mundial
En Madrid, llevamos a 650.000 alumnos a la enseñanza online en dos semanas. Pensábamos que era cuestión de años, pero hemos comprobado que se puede hacer y de manera rápida. Tenemos a prácticamente todas las universidades en España trabajando en Microsoft Teams y eso es algo fundamental para pensar en la investigación, en aplicar inteligencia artificial a la educación… Sin embargo, septiembre está a la vuelta de la esquina y hace falta la colaboración de todos porque, como mínimo, nos espera una situación híbrida, donde unos estarán en el aula y otros estarán en casa. Hay que llamar la atención sobre necesidad de dispositivos para aprender y educar online, ya que no estamos preparados y veremos una ola de escasez mundial como la que hemos visto en mascarillas y otros productos médicos y sanitarios. Aún así, me atrevería a dar un mensaje optimista: tenemos las infraestructuras y tenemos las plataformas. Además, esta crisis nos ha permitido hacer muchísimo esfuerzo en esos contenidos, en llevar el aula a casa y viceversa de manera muy rápida, y yo espero que, en todas las etapas de educación, nos beneficiemos de esta situación.
CS: Antes de finalizar, pensando a largo plazo y en el papel de la tecnología, ¿cómo ve el mundo después de esta crisis? ¿Podemos esperar una desaceleración a nivel de tecnologías disruptivas, como la inteligencia artificial, en la era post-COVID o nos servirá lo vivido para impulsarlas?
PL: Nadie ha tenido nunca la bola de cristal, pero creo que en estos momentos todavía es más complicado hacer predicciones. No obstante, es difícil pensar escenarios en los que la tecnología no vaya a jugar un papel fundamental, porque no estamos hablando de ciencia ficción, sino de aplicaciones que ya estamos utilizando constantemente. Creo que nunca vamos a ver una oportunidad mayor para aprovechar y aplicar ese tipo de tecnologías y poder diferenciarnos, tanto para las empresas como para las ciudades, e incluso me atrevería a decir que como individuos.
*****