Smart Mobility, el colectivo de empresas de movilidad compartida e inteligente integrado en Adigital, celebra que el Ayuntamiento de Madrid haya autorizado el despliegue de 4.800 bicicletas eléctricas sin base fija. El colectivo considera este un paso clave para transformar el modelo de movilidad urbana, fomentando que el uso de la bicicleta se extienda entre los ciudadanos, como una alternativa segura y sostenible.
La vuelta a la “nueva normalidad” ha puesto de manifiesto que la micromovilidad compartida es un aliado fundamental para la movilidad en las ciudades. Estos vehículos, complementarios del transporte público, permiten realizar los desplazamientos cotidianos sin emisiones contaminantes y manteniendo el distanciamiento social.
De esta forma, las 4.800 bicicletas de operadores privados se sumarán a las de la red municipal de BiciMAD; un buen ejemplo de la importancia de colaboración público-privada a la hora de ofrecer alternativas de movilidad sostenible y dar respuesta a la creciente demanda de la ciudadanía, que ha visto en las bicicletas una solución para desplazarse en el entorno urbano.
Para construir una ciudad más saludable y habitable es imprescindible que los ciudadanos dispongan de una oferta amplia y variada de modalidades de transporte sostenible, que reduzcan el uso del vehículo privado. Y las bicicletas sin base fija son una parte fundamental de la respuesta a este reto. Por ello, Smart Mobility celebra que el Ayuntamiento de Madrid apueste nuevamente por la movilidad compartida free floating como parte de su estrategia para hacer de Madrid una ciudad más sostenible.
Del mismo modo, el colectivo recuerda que es imprescindible la adaptación de las infraestructuras que ayuden a garantizar que estos nuevos modos se integren en la movilidad urbana y convivan de manera segura con el resto de alternativas de transporte.
Las empresas integradas en Smart Mobility insisten en que son muchos los aspectos de nuestras vidas que van a cambiar una vez se supere esta situación de emergencia global, y una de ellas será la movilidad. En este contexto, la micromovilidad tiene que ser contemplada como una de las soluciones a largo plazo para que las ciudades consigan alcanzar sus objetivos de sostenibilidad y multimodalidad.