Smart Mobility ha lanzado hoy una guía con recomendaciones para una movilidad segura en el proceso de desescalada tras la crisis sanitaria provocada por la COVID-19. El colectivo de plataformas de movilidad compartida integrado en Adigital defiende que la micromovilidad compartida —motos, bicicletas y patinetes— es un aliado clave para garantizar el distanciamiento social y para mantener los bajos niveles de contaminación alcanzados durante el confinamiento.
A través de esta guía, Smart Mobility insta, en primer lugar, a un uso responsable de los vehículos de micromovilidad, realizando solo los desplazamientos permitidos, y enumera una serie de pautas para proteger la seguridad y la salud de trabajadores y usuarios.
Las empresas representadas en Smart Mobility se comprometen a la limpieza frecuente de los vehículos, así como de las herramientas de trabajo que se emplean con los mismos, y a poner a disposición de sus equipos de operaciones los medios suficientes (mascarillas, guantes, geles desinfectantes) para su seguridad.
Con respecto a los usuarios, les piden llevar siempre guantes personales durante el uso de motos, bicis y patinetes compartidos. Recomiendan, del mismo modo, lavarse las manos antes y después del trayecto, el uso de mascarillas y evitar tocarse la cara durante los desplazamientos. Unos desplazamientos en los que, por cierto, Smart Mobility insiste en mantener al menos 2 metros respecto a otros vehículos o viandantes.
Además, en el caso de las motos en particular, recomienda a los usuarios emplear un casco propio o, en su defecto, utilizar siempre debajo del casco que ofrece la compañía los gorros desechables que esta pone a su disposición y llevar la visera levantada. Las compañías piden también que se respete el número de viajeros por vehículo que determine el Gobierno en esta situación excepcional.
“Son muchos los aspectos de nuestras vidas que esta emergencia global va a cambiar, y una de ellas es cómo nos desplazamos dentro de las ciudades. La micromovilidad es una alternativa para evitar la congestión del transporte público, que podría elevar el riesgo de contagio, o el uso masivo del coche privado, lo que reduce la presencia de partículas contaminantes en el aire que facilitan la propagación del virus. Pero no estamos hablando de esto solo como una solución a corto plazo”, explica José Luis Zimmermann, portavoz de Smart Mobility y director general de Adigital.
Por el contrario, según Zimmermann, la movilidad compartida tiene que ser contemplada como una de las soluciones a largo plazo para que las ciudades consigan alcanzar sus objetivos de sostenibilidad y multimodalidad. “Hace tiempo que venimos reclamando que la ciudad vuelva a ser un entorno habitable en el que la ciudadanía recupere su espacio y ahora tenemos la oportunidad para comprobar los beneficios de estos modelos”.
Cabe recordar que, esta misma semana, la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, solicitaba a los ayuntamientos que promuevan y apoyen la bicicleta como alternativa de transporte en el proceso de desescalada, a través de medidas como la implantación de carriles bici provisionales o la reapertura de los servicios públicos de bicicletas.
Smart Mobility muestra su apoyo a esta decisión e insiste en la necesidad de contemplar también los patinetes y las motocicletas compartidas entre las alternativas más seguras de transporte tras el fin del confinamiento. Y, en este sentido, reitera su compromiso de trabajo junto a las administraciones locales para promover un modelo de movilidad inteligente que contribuya a reducir el impacto medioambiental de la movilidad en las ciudades y a mejorar la salud y el bienestar de la ciudadanía.